(Castalla)_Ermita de la Sangre

 

«...Sobre los orígenes de la ermita, Torró Corbí (1) nos dice: «..se remonta al siglo V, solamente se sabe que ya existía en tiempo de los godos y mientras imperó en España el arrianismo como religión oficial del Estado, perteneció este templo a la secta de Arrio….»

 

En el III Concilio de Toledo celebrado en el año 589, Recaredo I abjuró públicamente del error de Arrio y el templo, habilitado para la celebración del culto católico, continuó dedicado al culto cristiano mientras subsistió la monarquía visigoda.

 

Durante la dominación árabe la ermita estuvo convertida en mezquita hasta 1245, en que Jaime I de Aragón conquista estas tierras y se purifican los templos que habían estado dedicados al culto musulmán. El mismo rey erige a la ermita en Iglesia parroquial, dedicándola a la Natividad de Nuestra Señora.

 

En el siglo XV y debido al aumento de población, resultaba pequeño el primitivo templo, por lo que se decidió agrandarlo. Reunidas las autoridades en Concejo público el día 6 de julio de 1436, acordaron realizar las obras que se considerasen necesarias para dar mayor cabida al templo parroquial. Consistieron estas obras en la construcción de la sacristía vieja, en el lado izquierdo y de los dos cuerpos de bóvedas, primero y último de los cinco que actualmente tiene la ermita, como se puede apreciar por la diferente forma de los arcos de piedra sobre los que se apoyan las bóvedas.

 

Torró Corbí dice no disponer de datos relativos a las capillas y altares de esta primitiva parroquia en el tiempo transcurrido, desde su conversión en templo cristiano, hasta el siglo XV. Es a partir de 1460, cuando cita diversas capillas con sus advocaciones, características y fundadores. En cuanto al altar mayor, hasta mediados del siglo XVIII no existen noticias, sin embargo, teniendo en cuenta el estilo de los de la época, se compondría de pinturas sobre madera o lienzo con la imagen de la Natividad de la Virgen. Al edificarse el camarín de la Virgen de la Soledad, se construyó otro retablo para el Altar Mayor de la Ermita -las obras comenzaron en 1758, finalizando al año siguiente-, deshaciendo seguramente el primitivo.

 

En 1572, concluidas las obras de la actual Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, se trasladó a ésta la parroquia y la ermita dejó de llamarse iglesia parroquial, tomando el de Ermita y más adelante, al instituirse en la misma, en 1577, la Cofradía de la Preciosa Sangre de Cristo nuestro Redentor, se llamó Ermita de la Sang, aunque también es llamada Cristo de la Piedad (2), Sangre de Nuestro Señor Jesucristo (3) y Preciosísima Sangre de Cristo. (4).

 

Madoz se refiere a esta ermita en los siguientes términos: “...en la parte más culminante de la población y a la raíz de la roca de figura cónica sobre que está situado el castillo, hay un santuario o ermita bajo la advocación de la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo: es un edificio gótico y de mal gusto, cuya fundación se ignora, solamente se sabe que fue la primitiva parroquia...”. (3)

 

Sanchis y Sivera dice: ...Al pie del castillo existe una ermita en honor de la Preciosísima Sangre de Cristo, donde se halla también la patrona, que es la Soledad Gloriosa de la Virgen, en cuyo honor se celebran fiestas el 1 y 3 de septiembre: allí estuvo la primitiva parroquia...”. (4)

 

La ermita se reconstruyó en 1940, 1965 y 1970. En esa fecha, al comenzar las obras de restauración, por iniciativa del párroco don Toribio Sellés, se descubrió que el techo de yeso que había entonces, cubría el primitivo techo medieval, tapado en una anterior restauración del siglo XIX. La ermita se reconstruyó intentando devolverle su estilo original.

 

Apenas un rellano en la ladera del monte del castillo es su entorno inmediato, que el lejano es un amplio panorama de la Hoya. Se trata de un edificio exento que comprende el templo con la sacristía y el acceso a la cripta que servía de cementerio, una pequeña catacumba. Realizado con muros de mampostería y piedra sillar, se cubre con techumbre a dos vertientes, de madera y teja curva; sobre el camarín cúpula, también de teja curva, con nervaduras. La fachada presenta un cuerpo central, que corresponde a la nave, y dos laterales, más bajos, correspondientes a las capillas. Puerta con vano en arco de medio punto dovelado y adorno circular en el frontón, cubriéndose éste por alero a dos aguas sobre canecillos. Las partes laterales a un agua con el mismo remate. La espadaña, caso hasta ahora único está situada en otro edificio situado en frente de la iglesia, al otro lado de la plazoleta. Puerta chapada con lámina de zinc con el anagrama de María y la fecha de 1870.

 

La planta es de nave única con cuatro arcos apuntados diafragma, techumbre de madera sobre vigas cajeadas en los arcos y testero recto. Parece ser que los arcos primitivos solo eran dos; posteriormente, se añadieron otros dos y algunos de los tramos se ensancharon creando capillas entre los arcos y contrafuertes, se añadió la sacristía y el acceso a la cripta; todo ello adaptándose a la irregularidad del terreno disponible, por lo que también la iglesia resulta irregular. Las capillas se cubren con bóvedas de crucería, algunas nervadas sextipartitas con escudo en el clave. En el lado derecho, no se pudieron hacer las dos primeras capillas, por lo limitado del terreno, y solo existe el arco de entrada. A nivel del cuarto arco un escalón eleva la zona del presbiterio. En el testero se abre el paso al camarín, de estilo barroco, donde la Virgen de la Soledad, patrona de la población, sobre ricas andas, preside el templo. También se tiene especial devoción a una imagen del Cristo de la Piedad. Los arcos están realizados con sillares labrados, los muros recubiertos de placas de piedra imitando aparejo a tizón. Piso mármol negro y blanco formando rombos.

 

Esta ermita, quizás consecuencia de haber sido templo parroquial, tiene un notable enterramiento en su cripta y, cosa excepcional, puede ser visitado...». (2)

 

(1) María Luisa Torró Corbí. Crónica de Castalla. Alicante, 1982.

(2) Ramón Candelas Orgilés. Las ermitas de la provincia de Alicante. Alicante, 2004.

(3) Pascual Madoz. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid, 1847. Tomo VI. Págs, 76 y 77.

(4) José Sanchis y Sivera. Nomenclátor Geográfico-Eclesiástico de los pueblos de la Diócesis de Valencia. Valencia 1922.

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

Manolo serrano, 30/03/2009

 

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Ultima actualización: 26/03/2022